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Las cenas formales en casa se realizan para festejar un acontecimiento o una fecha especial. Por ello, es importante contar con una debida organización y con mucha creatividad para reflejar el buen gusto y el estilo del anfitrión, convirtiendo la ocasión en un acto memorable.
Para organizar una cena, se debe procurar hacer una selección conveniente de los invitados, tanto en número como en tipo. Esta selección permitirá, no solo que haya un buen espacio entre los comensales para no hacer difíciles los movimientos en la mesa, sino que fomentará la comunicación entre los invitados y la fluidez en la conversación.
Para que una mesa quede bonita y elegante, se debe colocar un arreglo de flores naturales, escogiendo aquellas cuyo olor no opaque el de los alimentos. El mantel debería ser preferiblemente de lino en colores neutros o crudos y no colgar más de treinta centímetros del borde. Las servilletas, preferiblemente de tela, deberían hacer juego o por lo menos una combinación interesante con el mantel, las mismas deben estar enrolladas con estilo, dobladas de forma asimétrica o atadas con un lazo o un aro especial o servilletero. Se deben colocar sobre el plato o al lado izquierdo del mismo.
La vajilla debe presentarse limpia, sin abolladuras, ni partes quebradas; el juego debe tener las piezas completas, en caso contrario no usarlo; es de mal gusto completar un juego con piezas ajenas.
Deben colocarse los cubiertos que requiere el tipo de plato que se servirá en la cena, naturalmente, no se incluirán aquellos que no sean necesarios. Los tenedores van del lado izquierdo (carnes, ensalada, y mariscos); los cuchillos deben estar del lado derecho con el filo hacia dentro, en el orden en el que se utilizaran, de afuera hacia adentro, de la misma forma que se colocan los tenedores; la cuchara para crema o sopa va enseguida de los cuchillos.
Se deben colocar frente a los platos copas y vasos de cristal en el siguiente orden: copa de agua, copa de vino blanco, copa de vino tinto y por último el de licor. Cuando se sirve champán o cava se pondrá solamente esa copa.
El pan se puede colocar en platos pequeños a la izquierda del comensal. Es necesario colocar tres clases por lo menos de pan según sean los platos y los gustos o exigencias de los comensales.
Es imprescindible preparar un menú con cierta elaboración, pero sencillo. Una buena ensalada servirá como entrante. De segundo, carnes o pescados con una guarnición ligera y dos tipos de postre harán que los invitados queden satisfechos. La presentación del plato es muy importante, es bueno recordar que “la comida entra por los ojos”, un plato mal presentado, con chorretones o sin un toque de color menguara el interés de los comensales y fomentara el fracaso del gusto por la cena.
El café o té se sirve por el lado derecho ya servido y sólo después de retirar todo el servicio de la cena.
A la hora de sentarse a la mesa, los anfitriones, ocuparán el centro de la mesa sentados uno frente del otro, y los comensales de un lado y del otro sin ocupar la cabecera de la mesa. Los matrimonios nunca deberán sentarse juntos, sino separados, esto dará pie a que exista una buena comunicación entre los invitados y evitara la formación de grupos a la hora de la cena. En lo posible se trataran temas de interés común entre los invitados, evitando aquellos que sean polémicos o desagradables.
La sencillez y la preparación de cada detalle, desde la selección de los invitados, el menú que se servirá ese día, hasta la manera de presentar los platos, ayudará a un anfitrión a garantizar el éxito de la velada.
Lina Patricia López Jaramillo
alumna
máster protocolo y eventos
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