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El objetivo de este blog de Protocolo y organización de eventos, es compartir los temas que surgen en nuestro foro Área de Postgrado de Protocolo, Ceremonial y Wedding Planner.
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Esperamos que disfrutéis tanto como nosotros.

Nùria Pereira Martínez
Directora. Instituto Europeo Campus Stellae

GAFAS de SOL



Nuria Pereira Martínez
Directora
Área Protocolo, Ceremonial, Heráldica y Eventos
Instituto Europeo Campus Stellae
www.campus-stellae.com
Asesoramiento : 0034 + 981 522788 Cursos, Másteres, Subvenciones y Becas

 

LAS GAFAS DE SOL


Breve historia…

Aunque no está del todo claro, el origen de las gafas de sol parece estar en el Imperio Romano, donde los ciudadanos que acudían a los espectáculos utilizaban unas piedras preciosas como protección de los rayos solares. El material más utilizado era el cuarzo.

El primer testimonio escrito del uso de las lentes viene el siglo XIII, de la mano del científico y filósofo Roger Bacon, que escribió por primera vez sobre el uso de lentes. Poco después, en 1284, el italiano Salvino D’Armate construyó el primer par de gafas de la historia. 

Durante la Edad Media, los jueces empezaron a utilizar unas gafas parecidas a las gafas de sol actuales para ocultar sus expresiones durante los juicios.

Pero el boom de las gafas de sol no se produce hasta los comienzos del siglo XX cuando fueron popularizadas por los principales personajes del cine mudo.

En 1929, Sam Foster empezó a comercializar su modelo Foster Grants, que fué el primer modelo oficial de gafas de sol de la historia, y tuvo gran éxito entre las altas capas de la sociedad de la época.



En 1937 llegó una innovación que revolucionó el mercado de las gafas de sol, la polarización, que permitía tener unas gafas más eficaces en la protección del sol a un precio más económico.
Desde ese momento y a medida que el siglo XX avanzaba, las gafas de sol han ido ganando en importancia llegando a ser en nuestros días una pieza fundamental para todo el mundo tanto por su estética como por el hecho de que nos protegen del sol y de los rayos ultravioletas.


¿Siempre puestas?

La principal función de las gafas de sol es proteger de las exposiciones solares de nuestros ojos y de las radiaciones nocivas que el sol puede producir en éstos. A pesar de saber esta información, mucha gente se empeña en llevar las gafas de sol puestas a todas horas y en todos los sitios.

Las gafas de sol se utilizan siempre en lugares abiertos. Nunca se debe entrar con ellas puestas a ningún sitio cerrado ya sea un restaurante, una iglesia, tienda o cualquier otro comercio. Está claro que llevarlas en la discoteca tampoco es correcto aunque muchos jóvenes las lleven.


Solo en caso de lesiones oculares o cualquier otro motivo de saludo puede una persona permanecer con ellas puestas.

Se deben quitar siempre que hablemos con otra persona, ya sea en la calle o en cualquier otro lugar.
Se considera una falta de educación permanecer con ellas puestas mientras hablamos con otra persona.
La misma norma se aplica cuando nos presentan una persona; nos quitamos las gafas de sol independientemente que la persona presentada sea un hombre o una mujer.

Si viste de etiqueta procure no utilizarlas salvo que sea imprescindible. Si lo tiene que hacer elija par más discreto para la ocasión.

Si se las quita un momento para hablar o saludar, no juguetee con ellas, chupe las patillas o gestos similares, que no son demasiado correctos.

Evite ponerse las gafas de sol en la cabeza o colgadas en el escote, no resulta elegante.

Los cristales deben estar siempre limpios. 

Una última recomendación se les dedica especialmente a aquellos hombres que acostumbran a llevar las gafas en la frente. Salvo que sea soldador o nadador profesional y tenga que tener su par de gafas de protección a mano, ponerse las gafas de sol en mitad de la frente ada recomendable.


Cuando no utilice las gafas de sol, déjelas siempre en el bolsillo de la chaqueta, en su funda o estuche en el bolso. No las exponga encima de la mesa de un restaurante.

SI OVIDIO LEVANTARA LA CABEZA…!



Nuria Pereira Martínez
Directora
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Uno de los primeros textos que contiene consejos protocolarios y normas para saber estar y cómo actuar con un hombre o una mujer, en el teatro, mesa, foro o circo es “El Arte de Amar” (escrito entre el 2 a C. y 2 d C.) del poeta romano Ovidio (43 a C./17 d C.) Aunque el objetivo principal del libro es la conquista amorosa y la seducción, también Publio Ovidio Nasón aconseja ciertas conductas o gestos protocolarios. Un libro, que a pesar del tiempo que ha pasado desde que fuera escrito, no deja de ser de máxima actualidad y muy recomendable. De hecho, si Ovidio levantara la cabeza, quizás volvería a escribir el poema. 


Según el ensayista, poeta y crítico literario mejicano, Adolfo Castañón, “El Arte de Amar de Ovidio” además de un manual de seducción, se presenta también como un “cuadro de costumbres, de malas costumbres... y deja al descubierto la trama de corrupciones, alianzas y promiscuidades que se daban en Roma entre hombres y mujeres libres y libertas y libertos, es decir: una estructura original de sociología sexual: la vida en forma de red”.

Para el profesor de Filosofía Teorética de la Universidad de Barcelona, José Manuel García de la Mora, que en 1964 se encargó de la traducción y prologo del libro para que ediciones Vergara, reconoce que el texto se trata de un arte de galanteo y saber estar, que apenas toca lo referente al acto amoroso. Además, de acuerdo con su tiempo, en la obra, Ovidio concibe a la mujer como “artículo de deleite, como codiciable presa de caza”. El hacerse con ella supone todo un proceso de ardides, acechos y trampas. Aún así, para García de la Mora, “nuestro poeta es uno de los mejore conocedores que ha habido del alma femenina”.

Según el poeta romano, “las maneras de ser son tantas cuantos son los rostros que hay en el mundo”. Por eso, era tan importante saber cómo debían comer, saludar, comportarse y actuar dependiendo del momento y lugar.

Estos son algunos de los temas protocolarios que menciona Ovidio en su libro “El Arte de Amar”:

  • CUIDAR EL PORTE
Para el poeta romano la higiene personal es importante a la hora de relacionarse las personas. Tanto el hombre como la mujer tienen que estar limpios y correctamente vestidos. Sin manchas en su ropa y en su piel, con el pelo y la barba correctamente peinados y cortados, las uñas y la boca aseadas y perfumados:

Agradan los hombres por su limpieza y corrección, que les caiga bien y esté sin mancha la toga, la lengüeta del calzado sin rigidez, los dientes sin sarro; y que no te nade el pie cual si vagara dentro de enorme pellejo; ni te deforme los cabellos un mal corte dejándotelos tiesos; que tu cabellera y tu barba las recorte una mano segura, y no te sobresalen las uñas, y estén sin inmundicias, ni te asome ningún pelo por el hueco de la nariz; ni tengas la boca maloliente y desagradable el aliento; ni hieras el olfato con olor a macho cabrío y a padre de rebaño.

  • ESTANDO EN LA MESA
Ovidio considera que las mesas de los festines son un buen lugar para conocerse y relacionarse. Un escaparate que servirá para presentarnos en sociedad. Por eso, es importante comer sin ansia, no coger grandes cantidades y no repetir demasiado.

Como el consumo del vino es habitual entre los ciudadanos romanos, Ovidio también alecciona de cómo se debe de tomar. Poco a poco, sin dar grandes sorbos, y sin exceso:
Te voy a dar la medida exacta de lo que ha de beber: que tu mente y tus piernas puedan cumplir su oficio. Haz por coger tú el primero la copa, beber siempre por el mismo lado e intenta tener algún contacto con su mano.

Curiosa reflexión de Ovidio sobre las personas, la noche y el vino:

No creas demasiado en la luz engañosa de las lámparas; la noche y el vino extravían el juicio sobre la belleza. Paris contempló las diosas desnudas a la luz del sol que resplandecía en el cielo, cuando dijo a Venus: «Venus, vences a tus. competidoras.» La noche oculta las macas, disimula los defectos, y entre las sombras cualquiera nos parece hermosa. Examina a la luz del día los brillantes, los trajes de púrpura, la frescura de la tez y las gracias del cuerpo.


  • EN LUGARES PÚBLICOS
En la sociedad romana los lugares y actos públicos eran muy comunes y habituales. La gente se relacionaba en el Foro, Mercado, Teatro o Circo, entre otros lugares. Por eso, era importante saber cómo había que saludarse, tratar a las personas de mayor o menor rango, negociar, comprar, aplaudir .

Según José Manuel García de la Mora, con el posterior refinamiento de las costumbres llegaron a darse en Roma, lecciones de aplauso, y éste exigió todo un arte. En los triunfos y en los espectáculos, discursos, disertaciones, se aplaudía de diversas maneras, con distinto ritmo, según lo que se quisiese significar conforme a una especie de código convencional muy determinado.

“El Arte de Amar”, es un texto escrito con el fin de conquista. Por eso, Ovidio aconseja las buenas maneras, la atención y los modales correctos como vía para conseguir el propósito:

Luego buscas un pretexto cualquiera de conversación, y que tus primeras palabras traten de cosas generales. Con vivo interés pregúntale a quién pertenecen los caballos que van a correr, y sin vacilación toma el partido de aquel, sea el que fuere, que merezca su favor. Cuando se presenten las imágenes de marfil en la solemne procesión, aplaude con entusiasmo a la diosa Venus, tu soberana.
Si por acaso el polvo se pega al vestido de la joven, apresúrate a
quitárselo con los dedos, y aunque no le haya caído polvo ninguno, haz como que lo sacudes, y cualquier motivo te incite a mostrarte obsequioso. Si el manto le desciende hasta tocar el suelo, recógelo sin demora y quítale la tierra que lo mancha, que bien pronto recabarás el premio de tu servicio, pues con su consentimiento podrás deleitar los ojos al descubrir su torneada pierna.

  • RELACIONES PERSONALES CON UNA MUJER
El poeta de la época del Emperador Augusto aconseja al hombre que, si quiere gustar a una mujer, tiene que ser amable con ella, mostrar un carácter agradable, ser perseverante, condescendiente y constante frente a los obstáculos. También, el hombre debe saber ganarse al servicio y a los criados de su amada, hacer regalos oportunos, aunque no sean costosos y admirar hábilmente a la mujer deseada e incluso alabar sus defectos:

Si enferma, atiéndela obsequioso, pero sin fastidiar

Ovidio sugiere que el hombre debe fomentar la costumbre hasta hacerse imprescindible y ocultar bien las propias infidelidades aunque es aconsejable “provocar un poco, a veces, los celos”. Para este poeta , aunque hay que “aguantar los sinsabores del amor”, hay que ser discreto, nunca preguntar su edad y “pisotear por vanidad la fama de las bellas”.

  • EL PAPEL DE LA MUJER
El último capítulo de “El Arte de Amar” se centra en cómo se debe comportar una mujer en sociedad. Aunque Plubio Ovidio se centra en la conquista femenina de un hombre, la mujer tiene que actuar así también en sociedad.
Por eso es importante poner atención al arreglo personal. Ovidio se centra en el peinado y el vestido, sin olvidar tampoco las joyas, el olor de los perfumes y la limpieza. También aprender habilidades sociales, como, por ejemplo: aprender a modular la risa y el llanto, mover el cuerpo de forma femenina y sensual al andar, cantar, bailar, y por último aprender juegos de sociedad.

Si la mujer tiene que acudir a un banquete es importante llegar bien arreglada y un poquito tarde, así se hace esperar y desear. Ya sentada en la mesa hay que tener modales finos:

Acude allí tarde y no hagas ostentación de tus gracias hasta que se enciendan las antorchas: el esperar favorece a Venus y la demora es una gran seducción. Si eres fea, parecerás hermosa a los que están ebrios y la noche velará en las sombras tus defectos. Toma los manjares con la punta de los dedos, la distinción en comer tiene gran precio, y cuida que tu mano poco limpia imprima señales de suciedad en tu boca. No pruebes nada antes de ir al festín, y en la mesa modera tu apetito, y aun come algo menos de lo que te pida la gana.

Los OSCAR



Nuria Pereira Martínez
Directora
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Ceremonia de los Oscar

Si existe un evento internacionalmente conocido ese es, sin duda, el de la ceremonia de los premios Oscar en Los Ángeles. Se trata de una gala donde se reúne toda la excelencia de la industria cinematográfica, para otorgar los premios más prestigiosos del cine. Evidentemente, es un evento del más alto nivel seguido en todo el mundo y, por eso, todos los detalles son siempre de alto lujo, desde los trajes y vestidos de alta costura de los presentadores y nominados, hasta el menú que se sirve en la fiesta posterior a la entrega de premios.



Si nos remontamos un poco en la historia de los Oscar podremos saber que la primera entrega de premios fue el 16 de mayo de 1929 en el Hollywood Roosevelt Hotel, a diferencia de hoy en día que se realiza en el teatro Kodak. La Academia de Cine es una organización fundada en Hollywood en 1927 y actualmente posee unos 5.500 miembros, los cuales proceden de diversas áreas cinematográficas: dramáticas, técnicas y administrativas.
Por otro lado, la famosa estatuilla dorada fue realizada por el escultor George Stanley, siguiendo los bocetos del director artístico de la Metro Goldwyn Mayer Cedric Gibbons. Esta estatuilla está hecha de bronce bañada en oro y mide 34,3 centímetros de alto y pesa 4 kilos. Se dice que para elaborarla se necesitan 12 personas y 20 horas para terminarla.
Unos de los aspectos de la ceremonia que más llama la atención es el de la vestimenta que lucirán los actores y, sobretodo, las actrices, pero la elección del vestuario para la entrega de premios no es una tarea nada fácil. La llegada a la red carpet es uno de los momentos clave de la gala y la indumentaria de las nominadas es un tema que siempre da mucho que hablar. Por este motivo, la elección correcta del vestido, los complementos, el peinado y el maquillaje es tan importante, ya que nadie (ni modisto ni actriz) quiere pasar al grupo de “las peor vestidas” de la noche. Y es que este aspecto es de tal relevancia que los grandes diseñadores “se pelean” simbólicamente para poder vestir a las grandes actrices. Lógicamente, para esta ceremonia es necesario vestir de gala, las mujeres con vestido largo y zapatos de tacón alto y los hombres con esmoquin.
Los Oscar y el cine tienen una gran influencia en las tendencias de moda desde sus inicios, como ya demostró Audrey Hepburn en los años sesenta con su mítico vestido de corte imperio negro en Desayuno con brillantes. O Faye Dunaway y su vestuario en Bonnie and Clyde (1967). En los 80 se impusieron el exceso de maquillaje y bisutería, las telas brillantes y las melenas elevadas, tal y como exhibió Elizabeth Taylor en los Oscar de 1987. En los años 90, volvió el minimalismo y los vestidos volvían a ser de un solo color, en una paleta clásica donde prevaleció el negro, el rojo y el blanco. Desde principios del siglo XXI hasta el día de hoy hubo un retorno a la elegancia (excepto casos aislados como el de la cantante Björk en 2001) y cada vez más elecciones de vestidos de tipo vintage. Aunque, cada vez más, la decisión depende menos de los gustos de la actriz y más de su asesor de imagen que tiene en cuenta todos puntos clave para no equivocarse en su elección.
Los hombres, por suerte, lo tienen bastante menos complicado ya que vistiendo un elegante esmoquin negro con camisa blanca van a estar a la altura del evento sin complicaciones, dejando tan sólo a elección los pequeños detalles como el hecho de llevar corbata o pajarita.
Una vez finalizada la entrega de premios, el Gobernador de California ofrece a los invitados la cena posterior a la ceremonia llamada el Governor’s Ball. Este año 2012 ha transcurrido bajo un complejo realizado para la ocasión en el teatro Kodak. Una estructura de madera sostenida por seis grandes arcos que estará decorada con 1400 cristales de Swarovski y centenares de flores. El menú ha estado a cargo de Wolfgang Puck, como en los últimos 18 años, pero en esta ocasión se ha cambiado la organización de ésta: en vez de situar a los invitados en mesas y servir una cena de 3 platos, este año se ha realizado una comida a base de pequeñas tapas y canapés, de manera que los invitados son libres de pasear y socializarse con sus conocidos mientras comen. Por supuesto, todos los alimentos presentados han sido de gran nivel como marisco y caviar iraní y para beber 1.000 botellas de Möet & Chandon. Además, las estatuillas de los Oscar están muy presentes en el banquete: panecillos en forma de Oscar y más de 5.000 estatuillas de chocolate.
Conociendo un poco más los detalles de la ceremonia, podemos imaginar el gran trabajo a realizar por los organizadores de semejante acto, porque en un evento como éste no hay lugar para el error ya que todo tiene que estar perfecto. Realmente se trata de un trabajo a admirar.