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Bienvenidos a este blog

El objetivo de este blog de Protocolo y organización de eventos, es compartir los temas que surgen en nuestro foro Área de Postgrado de Protocolo, Ceremonial y Wedding Planner.
Desde 1985 nos dedicados a la formación de expertos, a través de máster y cursos superiores.
Esperamos que disfrutéis tanto como nosotros.

Nùria Pereira Martínez
Directora. Instituto Europeo Campus Stellae

Colores en la Indumentaria. Importancia de los colores en nuestra apariencia.

Gracias a la aportación de una de nuestras alumnas de Protocolo y Etiqueta Internacional, hemos decidido publicar este artículo por el interés que pueda suscitar en los lectores.
Todos conocemos la importancia de la apariencia y la indumentaria, pero no siempre tenemos en cuenta los colores que utilizamos a la hora de vestirnos. Dicen más de nosotros mismos de lo que podamos pensar. Hay estudios que demuestran que influyen en la visión que los demás se crean de nosotros, y que incluso pueden llegar a tener parte de culpa en nuestros estados de ánimo…
Por ejemplo, publicaciones de lenguaje corporal en el trabajo, afirman que el azul marino, el negro, el blanco y el rojo fuerte, son colores que sugieren categoría, así como el verde esmeralda, el púrpura, fucsia y el azul cian están sujetos a las modas, pero por el atrevimiento que suponen implican, por norma general, un alto nivel. En cambio los ocres, verdes, marrones, cremas, beige, etc… implican un perfil más débil en la estructura corporativa. Por otro lado, los colores pastel, o el rosa y azul claros, amarillo limón, etc, son colores infantiles y pasivos.
Además algunos psicólogos afirman que:
El blanco es el color elegido por personas sinceras y transparentes, abiertas a la comunicación, que son fáciles de conocer y que no se caracterizan por actitudes enrevesadas, sin máscaras. Los demás las percibimos como personas amigables y poco agresivas. Es el color de la pureza, la paz.
El negro en cambio, es para los días en que nos sentimos menos comunicativos, o para personas más frías y distantes. Además de dar, como todos sabemos, una apariencia elegante y clásica.
El amarillo se relaciona con gente alegre, dulce y optimista, con ganas de vivir y ser feliz.
El verde hace que la persona que lo viste inspire confianza, equilibrio y tranquilidad. Al igual que el azul, siendo el color más apropiado para una entrevista, ya que no será visto como una amenaza, sino como una persona comunicativa, tranquila y agradable.
La persona que viste de rojo es porque quiere llamar la atención. Se siente especialmente sensual y quiere que los demás lo perciban. Es el color de la pasión y el amor. A estas personas se las percibe como gente abierta, espontánea y segura de sí misma.
El rosa sin embargo, hemos dicho que es un color infantil. Las personas que lo visten transmiten deseos de cuidarlos y mimarlos, por ser juguetones, con pocos deseos de cumplir con sus responsabilidades, y muchos de jugar y reírse.
Por esto, a la hora de vestirnos debemos pensar cuál es la imagen que queremos proyectar de nosotros mismos y tener en cuenta qué rasgos de nuestra personalidad queremos ensalzar.

Traje a medida. Consejos de cómo vestir de traje y que siente bien.

En todas las fotos podemos ver a S.M. el Rey vestido elegantemente con traje, acompañado de otras personas vestidas no tan elegantemente también con traje.

Sigue existiendo la mentalidad de que para vestir bien hay que tener dinero, y esto no es así. Ayuda, pero no es necesario. Cuántas veces vemos gente de alto nivel adquisitivo con mal aspecto, y sin embargo gente de nivel medio que llama la atención por su estilo o elegancia a la hora de combinar las prendas. Tampoco es necesario ser guapo o alto, tener mejor planta, etc. También ayuda, pero de nuevo, no es estrictamente es necesario. El truco está en saber vestir cualquier traje.
Un buen traje que no nos quede a medida, hará tan mal efecto como otro cualquiera, al margen de su calidad y precio. En cambio un traje medio cumpliendo ciertos requisitos al vestirlo puede darnos muy buena apariencia.
Empecemos:
La chaqueta, o americana, debe acomodarse al ancho de la espalda, de tal modo que las costuras de los hombros coincidan con el final de los mismos. El bajo de la chaqueta debe cubrir los bolsillos del pantalón, por lo que para calcular un buen largo de americana, se puede tomar como referencia un palmo y medio más arriba de las rodillas.
Las mangas deben llegar hasta la muñeca con los brazos estirados hacia delante; y con los brazos doblados, deberán dejar a la vista los gemelos o cubrebotones del puño de la camisa.
La americana ha de ir siempre abotonada, pero si nos queda algo justa, es mejor llevarla desatada que marcar tiranteces.
El largo de la camisa por detrás deberá cubrir el asiento del pantalón. Es mejor abstenerse de mezclar rayas y cuadros, u otros estampados, así como más de tres colores en el conjunto. Además, si no lleva corbata, evite desabrochar más de un botón de la camisa (sobre todo si tiene una pechera poblada).
El pantalón tiene un largo adecuado para sentar bien a quien lo viste. Si se lleva demasiado largo o demasiado corto, puede verse ridículo, como si nos hubiera prestado el pantalón nuestro padre, o nos hubiera encogido en la lavadora. No pueden verse los calcetines, ni tampoco pisarse (a pesar de algunas modas). Para evitar esto se debe dejar el largo del pantalón justo por encima del tacón del zapato; a unos tres dedos de distancia del suelo.
Los calcetines deben ser siempre del mismo color que los zapatos, o al menos del mismo color del pantalón y nunca, nunca, deben ser transparentes dejando vislumbrar los pelos de la pierna. Los calcetines para hombre no son medias de mujer, y por tanto deben ser opacos, por muy finos que sean.
Se debe tratar de llevar el cinturón a juego con los zapatos, y evitar más complementos que los gemelos o cubrebotones, alfiler de corbata, reloj y una alianza o solitario, en caso de llevarlo.

Mantilla Española. Historia y uso.

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Dado el interés de mucho en el uso de la mantilla española, sobre todo para poder acudir a los toros, vamos a inaugurar el blog con este tema.


La mantilla es una prenda de tradición española, variante del velo que antiguamente utilizaban las mujeres para acudir a celebraciones religiosas. A pesar de las modas, sigue vigente hoy día, tomando fuerza en Semana Santa y las jornadas taurinas.
Aunque su origen no es del todo claro, se cree que proviene de la cultura ibera, donde las mujeres se cubrían la cabeza con mantos a modo de abrigo o como forma de adornar su cabeza.
Su evolución se vio influenciada por diferentes factores de tipo social, religioso, e incluso climático; condicionando estos últimos el tipo de material utilizado para su confección. En la zona norte se empleaban tejidos tupidos con el fin de servir de abrigo; generalmente paño, llegando a veces a completar su elaboración con terciopelo, seda o abalorios. En la zona sur los materiales que se empleaban eran más finos y ligeros, dado que su uso se limitaba a proteger del sol o servir como elemento decorativo del vestuario femenino. Su decoración se elaboraba con cuidado en ambas zonas, siendo las de diario más sencillas que las de “fiesta”.

Era la gente de la clase llana (el pueblo) quien utilizaba la mantilla, limitando su uso aquellos de los altos estratos sociales a prenda de abrigo u ornamental, pero sin peineta.

No fue hasta principios del siglo XVII cuando se extendió su uso, y evolucionó para convertirse en pieza ornamental del vestuario femenino, sustituyéndose el paño por los encajes. Pero hasta el siglo XIX no llegó a convertirse en tocado distinguido de la mujer española, siendo la Reina Isabel II (1833-1868) muy aficionada al uso de tocados, encajes y diademas, quien populariza finalmente su uso, contagiando a todas las mujeres que la rodeaban. Las damas cortesanas y altos estratos sociales comienzan a utilizar esta prenda en diversos actos sociales, lo que contribuye a darle un toque distinguido, tal y como ha llegado hasta nuestros días.


Cuando muere la soberana, se pierde esta costumbre en gran medida, y aunque mantiene un cierto arraigo en el centro y sur de la península, también influyeron las costumbres de los nuevos monarcas. A modo anecdótico podemos nombrar “la conspiración de las mantillas”, que fue una forma de protesta de las mujeres españolas por el rechazo que sentían hacia las nuevas costumbres forzadas por Amadeo I (Amadeo de Saboya 1845-1890) y su esposa María Victoria.

A finales del siglo XIX y principios del XX, la mantilla deja de verse de forma habitual en eventos, y comienza su declive. Lo que quedó fue un pequeño pañuelo de forma triangular que se ponen las mujeres en la cabeza a modo de mantilla sin peineta, que suelen utilizar las señoras en la iglesia, a la que se la conocía como "toquilla".
Actualmente donde más se utiliza la mantilla es en bodas y tardes de toros, y aunque hoy en día no se tiene muy en cuenta, según la tradición, la mantilla blanca o marfil solo la visten las solteras, y la mantilla negra, queda reservada para las casadas.
La mantilla deberá contar con el largo adecuado a cada mujer, sin exceder el largo de la falda. Por la parte delantera, deberá llegar a la altura de las manos, y por detrás, un poco más abajo de de la de la cadera; aunque esto depende de dónde queden los picos según cómo se coloque. Un truco para evitar que vuele y hacer una buena sujeción con suficiente holgura, es ladear la cabeza al lado izquierdo, y sujetar la mantilla del hombro derecho y lo mismo con el lado contrario.
Hay varios tipos de tejidos con los que se elabora. Los más habituales son la blonda, el chantilly y el tul.
La blonda es un tipo de encaje de seda mate, caracterizado por la utilización de grandes motivos (florales generalmente) hechos con seda más brillante. Tiene ondulaciones en sus bordes, generalmente llamadas "puntas de castañuelas".
El chantilly es una tejido que proveniente de la ciudad francesa del mismo nombre. Es ligero y elegante, y al igual que el resto de las mantillas, suele estar profusamente bordado con diversos motivos.
El más corriente de todos es el tul, tejido delgado y transparente de seda, hilo o algodón, que suele emplearse para imitar las mantillas de blonda y chantilly.
Para lucir mantilla, es indispensable acompañarla de una buena peineta; generalmente las mejores son las de carey. Pero hay que tener en cuenta la altura de nuestro acompañante (en caso de tenerlo) y la nuestra propia. Si somos bajitas, podemos optar por una peineta alta, aunque son más difíciles de llevar, y si somos altas y de cara alargada, podemos optar por una peineta más baja. En todo caso, hay que ajustarla bien al recogido y cubrirla adecuadamente, bien equilibrada con la mantilla.
Dado que su uso más extendido hoy en día es en las bodas, es bueno saber cuál es su uso más correcto, ya que si la boda es de día, se debe llevar la mantilla con traje corto y si la boda es por la tarde-noche, con traje largo. Hay que tener en cuenta que se lleva en ceremonias religiosas y en bodas de cierta etiqueta, cuando el novio viste traje de gala o chaqué.

Bienvenidos!!! Nuevo blog de Protocolo y Etiqueta Internacional

Para quienes no nos conocen, creo que es interesante hacer siempre una breve introducción a modo de autopresentación (dado que no hay un tercero que haga los honores).

El Instituto Europeo Campus Stellae es una institución privada, independiente y plural, que desde 1993 se ha dedicado a la formación presencial y a distancia de cursos intensivos y cursos de Postgrado en diferentes materias.

Una de las áreas más exitosas desde los comienzos del IECS es la de Protocolo, por lo que se crea la Escuela Internacional de Formación en Protocolo, Eventos y Ceremonial (EI-PEC), y ahora, gracias al interés de nuestros alumnos y al nuestro propio por seguir evolucionando al ritmo de los tiempos, hemos decidido crear este blog.

La idea es hacer de nuestro blog un medio dinámico, donde exponer y comentar todo tipo de información relacionada con Protocolo y Etiqueta. Donde el público en general pueda reflejar sus curiosidades, dudas, proponer temas, etc. Y donde tanto nosotros, como nuestros alumnos, poder dar rienda suelta a nuestra curiosidad y conocimientos adquiridos, informando a las personas que nos visiten acerca de cualquier aspecto relacionado que pueda resultar interesante.

Gracias por vuestra visita y esperamos veros a menudo.

Saludos cordiales,